miércoles, septiembre 10, 2008

Seca tu llanto en pañuelos de cobre (Ontología Centro de Llamadas)

No puedo ser un vendedor intenso. Tengo que ser gentil para no terminar odiándome tras permanecer sentado y aguantando los flujos continuos de llamadas colgadas y personas molestas gritándome que mi compañía será demandada por haber tratado de realizar una venta a una línea protegida por el gobierno. Yo no puedo agredir a inocentes sólo por diversión. Creí que podía. ¿Debo entonces molestar a un hombre que descansa en los suburbios sólo porque dejó su teléfono encendido? ¿O, aún mejor, a un empleado en un nivel de tensión medio a alto sin un minuto de su tiempo y que finalmente no realiza llamadas internacionales en lo absoluto? Es claro que no estoy hecho para esto. Creí que lo estaba. No puedo creer que nadie lo esté. Otra prueba de que simplemente no tengo sitio. Y con qué sentido. Esta es la única explicación por la que cualquier persona pueda mientras que yo no.

Así que le hablo cordialmente a la gente. Ellos dicen "no, gracias" y yo pido perdón por el tiempo prestado. Nunca haré una venta, hoy han pasado 1:18 desde que empecé y nada. No me interesa. Espero que me despidan. No tengo sitio y sí, sí, puede que esté en otro huso pero las horas duran lo mismo en todos lados. Crs