lunes, marzo 16, 2009

Nozick

Los ventanales reproducen las filas de sillas y escritorios superpuestos sobre las luces de la ciudad anochecida. En el río se acaba la jurisdicción y también el servicio de consulta de libros. La Filosofía Política queda entonces extrapolada desde el libro, discusión silenciosa, hacia el panorama de suciedad, robo, querellas vecinales y multas de tránsito. La Capital Federal funciona sin estar completamente lista. ¿Cuándo vendrá el juicio a Buenos Aires? No ha sido sencillo establecer la hoja de ruta desde las miles, millones acaso, de citas en la agenda de la ciudad, en una simultaneidad monstruosa. Añadiendo que el carácter de la mayoría de las citas consituye por lo menos un tipo de violación a los derechos, el juicio infinito toma así la forma del Juicio Final tanto en extensión como en importancia. Certamen cuya gravedad está supeditada, desde luego, al preludio en el que se habrá de definir la vara jurídica en la que se medirá y castigará el actuar de Buenos Aires, es decir, el mío. La conclusión dará inicio a la evaluación de la catástrofe.

En breve la biblioteca cerrará y aunque estaré afuera, los ventanales dejarán de proyectar los escritorios, lámparas apagadas suicidas. La ciudad recuperará la calma. Llega la hora del crimen.